lunes, 14 de noviembre de 2022

LOGROS

El ejército.

Álvaro Obregón había obtenido la presidencia de México en buena medida con el apoyo del ejército, por lo tanto entendía la centralidad de someter éste a su mandato: un ejército puede ser la principal fortaleza de un grupo gobernante o su peor enemigo. Así, aunque la tarea no fue sencilla, los jefes militares con mando de tropas, y las fuerzas “irregulares” fueron obligados paulatinamente a someterse a la “cadena de mando de la jerarquía militar” o a desintegrarse. La Constitución de 1917, producto de importantes acuerdos alcanzados a través del movimiento revolucionario, señalaba que el ejército debía someterse al mandato del presidente en turno, y ser el único cuerpo armado del país.



El reparto agrario.

El reparto de la tierra, del agua y de los bosques, contribuyó a ampliar la influencia del gobierno federal en el territorio. Durante la gestión de Obregón el reparto agrario comenzó a intensificarse; su propósito central era “atraer el apoyo político de los agraristas”. Éstos constituían grupos sociales presentes en todo el país, puesto que un postulado central de la revolución había sido el reparto de la tierra, con la idea de que acceder a este recurso natural implicaría una mejora de las condiciones de vida de la mayor parte de la población, que era pobre. Las tierras entonces se entregaban gratuitamente, y podían heredarse pero no venderse o rentarse. Carranza había repartido 200,000 Ha de tierras ejidales, mientras que Obregón repartió “poco más de un millón”. En el reparto de la tierra, la vía ejidal predominó.



La educación.

Al crearse la Secretaría de Educación Pública (SEP) en 1921, José Vasconcelos fue nombrado secretario de Educación. Entonces el 77% de la población mexicana no sabía leer ni escribir, y el combate al analfabetismo era un objetivo central, por lo que se continuó la campaña de alfabetización iniciada en 1920 y se fomentó la lectura mediante la instalación de bibliotecas y la publicación y difusión de obras de autores griegos clásicos, así como de otros autores de renombre internacional y nacional. En este periodo la SEP organizó un sistema educativo para todo el país, el cual se dirigió de forma predominante al medio rural.




La economía, los capitalistas y el gobierno estadounidense.

La economía de los primeros años de la posrevolución, dependía sobremanera de los mercados extranjeros, porque México era un país exportador de materias primas. Al reducirse notablemente la venta de petróleo en 1922, y continuar a la baja su precio debido a la sobreproducción mundial, numerosos trabajadores mexicanos perdieron su empleo y el gobierno recaudó mucho menos impuestos por concepto de las ventas de este energético. Además, decayeron “estrepitosamente” los precios de la plata, el cobre, zinc y plomo, cuya producción y venta también eran fundamentales en la economía mexicana.

En este contexto, el gobierno callista se propuso introducir cambios en su relación con los inversionistas extranjeros, pretendiendo afectar principalmente derechos petroleros al cambiar títulos de propiedad por concesiones, con un límite de tiempo.

 Los estadounidenses y su gobierno reaccionaron tajantemente, y frente a las amenazas Calles dio marcha atrás, entonces “los títulos de propiedad se cambiaron por concesiones confirmatorias”. A cambio de esta importante licencia, el gobierno de los Estados Unidos aparentó apoyar a México con la cuestión del pago de la deuda externa, que ya constituía un problema, y que no obstante se resolvió hasta 1942.

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